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¿CUÁNDO CONSULTAR?

No hay una norma clara frente a cuándo es el momento indicado de acudir al psicólogo ya que un problema puede afectar de manera muy diversa a cada individuo, por lo que es algo puramente personal. Asimismo, muchas veces el problema no es algo que nos haga sentir miedo o inseguridad, sino que es el pensar que no tenemos los recursos suficientes para enfrentarnos a eso.

 

Se podría decir que debemos acudir al psicólogo cuando consideremos que uno o varios problemas obstaculizan nuestra vida, nos generan impedimentos y sensaciones desagradables, o nos plantean dificultades para valorar los aspectos positivos y placenteros de nuestra vida. 

Pero desde una perpectiva un poco más esticta a nivel metodológico, es necesario que algo nos haga pregunta, que algo nos interrogue desde un lugar particular. Dicho interrogante es lo que le dará lugar el discurrir discursivo del paciente y será lo que motorizará el análisis en una primera instancia.

 

Un analista es alguien que escucha y brinda la oportunidad al paciente de poder escucharse a sí mismo. Se trata de hacer lugar al dolor, de que el paciente pueda desplegar a través de la palabra ese malestar y, de esa manera, poder desarticular el padecimiento que lo mantiene sujeto a ese punto de sufrimiento.

¿QUÉ ES LA PSICOTERAPIA?

La psicoterapia es definida por Freud como el tratamiento de dolencias psíquicas o físicas mediante recursos que de manera primaria o inmediata influyen en lo anímico. Consiste en promover las condiciones anímicas más favorables para la curación.

¿CUÁNTO DURA UN TRATAMIENTO?

La duración de un tratamiento depende del tipo de padecimiento, su nivel de gravedad, de las características del paciente y su comportamiento frente al tratamiento.

¿QUÉ OFRECE UN PSICOANALISTA?

Un analisis ofrece un espacio de escucha, cederle la palabra a quién acude a la consulta y brindarle la verdadera importancia a lo que se tiene para decir.  Implica un encuentro con eso que se nos puede presentar como inentendible, sin sentido, angustiante, para entonces poder ponerlo en palabras.


Al contrario de lo que usualmente se piensa, el profesional no es quien sabe de qué se debe hablar ni posee el saber sobre una verdad oculta. Como el profesional podría saber de alguien: ¿quién es? o ¿qué le sucede?, antes de poder escuchar la verdad en palabras del propio paciente. El profesional aporta, en el trabajo conjunto, otro tipo de saber: un saber escuchar. A partir de ésta escucha es que se puede trabajar sobre la verdad del sujeto, sobre lo que pueda decir de lo que le aqueja, puntualizando ciertas cuestiones que -aún dichas- escapaban a la comprensión del paciente.

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